lunes, 10 de noviembre de 2008

"La literatura siempre tiene un ejemplo que te demuestra que no hay reglas", Antonio García Ángel

Foto; Juanita Ochoa. Tomada de; www.soho.com.co


Cuando Antonio García va caminando por la calle, nadie va decir de repente “Ahí va García Ángel”, no, esas cosas no pasan con él. Muy seguramente usted, estimado amigo, cuando vea esa foto en este portal y ese nombre en la primera línea no se le vendrán muchas cosas a la cabeza. García, a diferencia de las estrellas de Hollywood, las chicas Aguila y los presentadores de noticias, trabaja desde la barrera; escribiendo libros, columnas y cuentos. Se dedica a contar realidades de las que hace parte algunas veces, otras que brotan de su imaginación y a construir un mundo propio con cada línea.

Para los que no sepan nada de él, aquí van unos datos al aire que podrían dar en el blanco: Antonio García Ángel es un escritor y periodista caleño de 36 años. Ha escrito dos novelas; Su casa es mi casa (2001) y Recursos Humanos (2006). Luego de ganar un concurso internacional tuvo como tutor al escritor peruano Mario Vargas Llosa para escribir su segunda novela, en la que contó la historia de Ricardo Osorio, el jefe de recursos humanos de una fábrica que está aburrido de su empleo, de su mujer y quiere escapar de todo huyendo con Ángela –amiga de su esposa-, de la que está enamorado y obsesionado con sus tetas.

Y otros datos más, por si acaso; Actualmente es asesor editorial de la revista Soho y escribe ahí mismo una columna llamada el Erizo. El año pasado, durante la Feria internacional del Libro de Bogotá, fue escogido como uno de los 39 escritores menores de 39 años más representativos de América Latina.

Leí un libro de García y cada mes me detengo un par de minutos en el Erizo, su columna en Soho. García Ángel escribe sin buscar palabras rimbombantes y metiendo un chiste en el momento oportuno. No pretende descubrir el origen del universo ni la verdad más allá de la verdad en sus relatos. Yo diría, desde un punto de vista muy personal, que Antonio García es de los que construyen sus historias como si un amigo le estuviera contando a uno algo, y por eso, es que vale la pena darse una vuelta por sus textos.

García estuvo en el cierre del pasado XX Festival de la Cultura de la Universidad del Norte. Vino a un conversatorio sobre Literatura y Periodismo, y mejor que sea él mismo, en vez de todos estos datos que saqué de internet, el que de una vez por todas nos cuente sobre su recorrido, sus influencias y un truco que tiene, a la hora de escribir una buena historia.

¿Cuando escribiste los primeros textos o te diste cuenta que te gustaba hacer esto?

Yo lo que era, era muy gomoso de leer. Como en séptimo empecé a escribir articulitos para el periódico mural de mi colegio. Y desde ahí yo sentí que tenía como que algo que decir. Como en décimo yo ya estaba convencido de que quería ser escritor. Cuando tenía 12 años hice un viaje por el río amazonas con mi familia y en la lancha estaba Ernesto McCausland, que era un pelado en ese entonces, no es que sea viejo, debía ser un man recien graduado. El era como el mansito de una edad intermedia entre la de los papás y la de uno, iba con su grabadora y su libretita a cubrir algo sobre la isla de los micos. Yo me acerqué a preguntarle qué hacía y eso. Me pareció fascinante, me pareció muy vacano lo que hacía.

¿Qué clase de cosas escribías al principio?

Fui una especie de articulista variopinto cuando estaba en el colegio, muy, muy inspirado en Daniel Samper Pizano. Me encantaban sus libros, ya me había leído A mí que me esculquen, Postre de Notas, Piedad con este Pobre Huérfano, Llévate a esos payasos. Mi modelo literario fue Daniel Samper Pizano, yo quería escribir como Daniel Samper Pizano.

¿Has sentido que tienes influencia de alguien ahora en tus libros, te molesta eso?

Mi primera novela, Su casa es mi casa, estaba muy en la onda de Paco Ignacio Taibo. Y yo no sé porque, pero a mi no me estresan las influencias. Puede que suene muy presumido, como que este man tan soberbio, tan picado, pero bueno, pues lo digo con toda sinceridad, con toda honestidad; Creo que nunca se me va pegar una influencia tanto como para que yo termine siendo la copia mala de ese escritor.

¿Molesta ver a otro escritor con rastros de tu estilo?

No, para nada. Pienso que cada cual se apropia de los textos de la manera que le funcionen. Creo que igual si una persona se deja arrastrar demasiado por su influencia y termina volviéndose una especie de clon del escritor que admira, esa persona no tenía la suficiente fuerza interior para decir algo, y el estilo lo arrastró demasiado. Pero yo pienso, es que suena como feo decir “si uno tiene personalidad como yo” si me entendés. Pero si uno tiene algo que decir, puede encenderse a leer el mismo, amarlo, tratar de parecérsele, pero incluso a pesar de si mismo, no va terminar siendo parecido, a la larga termina siendo distinto.

¿Andrés Salgado, dice que un buen escritor debe vivir realidades diferentes a la a la propia, qué dices de eso?

A mi el periodismo me ha servido para eso, yo aprovecho el periodismo para eso; Yo he sido escolta, estado en agencias de citas a ciegas, hice parte de una secta raeliana para hacer una crónica. Ese tipo de cosas, con eso, yo estaría deacuerdo con Salgado, de que enriquecen un poco el mundo del escritor.

Pero también creo que hay un mundo así de pequeño, que puede tener el escritor, que puede ser tan profundo e inagotable como el de una persona que ha sido bucanero, que ha estado preso. La literatura siempre tiene un ejemplo que te demuestra que no hay reglas. Entonces por ejemplo, Sylvia Plath, no, Sylvia Plath no, esa fue la que se suicidó, como se llama la poeta esta, ah si, Emily Dickinson, ella no salió nunca de su casa. Su vida era su cuarto, la cocina y el jardín y ahí hay una obra inmensa.

Y para terminar, ¿Qué es lo más difícil de una columna, o qué haces para encontrar una buena historia?

Yo cuando me siento a escribir una columna, a veces la pienso, a veces no tengo ni idea. Me siento con la mente en blanco a ver titilar el cursor y de pronto escribo, “uno siempre debería tener una buena chaqueta” por decir cualquier cosa y de ahí para adelante- “la primera chaqueta que me regalo mi tía…” Como que muchas veces no sé. Para un cuento puede pasar y me ha pasado, como poner “Alfredo Perea miro a su amigo y le dijo córtame el meñique, te ruego que me cortes el meñique” Ahí hacia delante no tengo ni puta idea de qué va pasar, pero tengo a un tipo rogándole a otro que le corte el meñique y ahí algo tiene que pasar. Y muchas columnas salen de ese tipo de ejercicios, de encontrar una frase que tenga cierta imagen delirante y seguirla para ver a donde te conduce.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Regular... tirando a malo: faltas de ortografía, errores de sintaxis ("no se le vendrá muchas cosas a la cabeza") y preguntas medio trilladas. Las respuestas de García Ángel son un poco genéricas, pero responden a un estímulo intelectual casi nulo.

Salvo porque Antonio es Caleño, esta entrevista cabría bien en "Gente Caribe", de El Heraldo.

borboletablues dijo...

Bueno, a diferencia de Navarro quien debe tener más cosas interesantes que yo para decir, considero que está bien. Algunas veces la gramatica puede taladrar el cerebro y la mano pero mientras el asunto exprese lo que tenías o "debías" decir, considero, a mi humilde punto de vista y vagabunderia existencial que lo captaste y lo hiciste. No conozco al Sr. Angel pero ya hasta me dieron ganas de conocerle.
Por allí he leído un poco del tic siempre quiero comentar pero no encuentro que decir.
Un abrazo compañero.